13 de abril de 2007

Mañana

Es bueno recordar que hoy es abril y que no es mayo, que el rojo con el gualda dan morado. Aún mejor es recordar que aún quedan bravos soldados, pero que siendo ya ancianos, quien sabe cuantos días quedarán para escucharlos. Que después del diez viene el cuatro, de esa fecha es que te hablo.

Por ellos es justo hablar hoy bien alto, porque esa tierra de cristianos entre el imperio de Roma y la estepa de los bárbaros eslavos, gemelos, clones o solitarios, en la misma en la que el campo ensangrentado tiene nombres que dan asco, Sobibor, Treblinka, Chelmno, Majdanek, Belzec, y también Katyn, unos callaban y rezaban sacudiendo incienso en mano, resguardados en iglesias tras los mantos de los santos, mientras ante sus ojos pasaba el hebreo, a cientos, a miles, a millones como esclavos, ése era también su hermano. Nieve gris en invierno, otoño, primavera y en verano, un hombre, una maleta en mano. Ahora bien, esos, que durante la partición no lucharon, que durante el exterminio no hablaron, que en la represión se agazaparon, por no haber nacido o por haber huido, ahora claman y juzgan a aquellos que lucharon, a los que contra el ejército fascista se batieron sin descanso, que fueron derrotados, humillados en su regreso y con el tiempo olvidados, mas cuando fue preciso, durante seis largos años, murieron y empuñaron el fusil, contra el invasor germano.

A los que vinieron en aquel verano de fuego de tres años, ni obligados ni forzados, italiano, polaco, ruso, tedesco o anglicano, aquí dejaron su vida, su sangre y su juventud, su carne y también su entusiasmo. Combatientes polacos, encorvados y canosos, luchadores cotidianos mientras otros hacían oídos sordos a las atrocidades de Europa levantadas sobre los campos de Polonia flotando a través de las chimeneas de cenizas huidizas y cobardes, horcas, hornos y alambradas. Quizás erraron el bando siendo posible cualquier bando menos uno, pero hoy, después de lo vivido, lo visto y lo oído, y lo, por tantos, olvidado y traicionado, puedo condenarlos por la libertad que nos legaron, exigua y forzada, pero no puedo condenarlos por aquella por la que lucharon.

Hoy es abril, ... no recuerdo si eso ya te lo he contado.