27 de enero de 2012

BlutArbeit.

Cuando digas que no eras comunista, que no eras socialista, que no eras homosexual, que no eras gitano, que no eras judío, que no eras eslavo, qué dirás luego?

Cuando digas que no eras viejo, que no eras hombre, que no eras joven, que no eras mujer, que no eras niño, qué dirás luego?

Cuando digas que no tenías piel, que no tenías carne bajo la piel, que no tenías huesos bajo la carne, que no tenías sangre bajo los huesos, qué dirás luego?

Cuando digas que no tenías ideas, que no tenías pensamientos, que no tenías deseos, que no tenías miedos, que no tenías amores, que no tenías enemigos, qué dirás luego?

Cuando después de ver tanto horror aún digas que tú no eras como ellos, qué serás entonces?. Qué seremos? Ceniza y viento, sólo eso seremos.

Todos se fueron yendo, se fueron desvaneciendo, y ahora también se van olvidando, porque sus nombres se van borrando, y sus rostros marchitando.

Pero, te aseguro, que incluso en el más horrible de los campos, bajo un traje raído y mugriento, aún demacrado, aún medio muerto, aún así, al llegar cada verano, un sólo rayo de sol bastaba para recordar que bajo aquel sufrimiento, aún seguía latiendo un corazón humano, y hoy, si quieres puedes sentir aquel latido lejano, ... sólo si quieres.

Hoy, en el día en que el Ejército Rojo atravesó las puertas de Auschwitz.