Hay quien arriesgó su vida para salvar la de otros, y no le
bastó ser enfermera, sostener la mano de los soldados aguardando a que Perún
desde la copa del árbol del universo marque el final.
Ellas se atrevieron y empuñaron los fusiles tras cuyas miras
se encontraba el último instante de la vida de un hombre, al que sus errores
convirtieron en enemigo y su voluntad en un cadáver, Natalia Kovshova,
Maria Polivanova, Roza Shanina, Nina Lobkovskaya, Lyudmila Pavlichenko...
Ellas se atrevieron y subidas en aviones de tela y madera,
en mitad de la noche, con apenas la luna por guía y compañera, recorrieron el
frente buscando quien desde la distancia enviaba la muerte escondida en un
proyectil de artillería, y ante sus mismos ojos sembraron en ellos el miedo y
el fuego, Yevgeniya Zhigulenko, Tatyana Makarova, Nina Ulyanenko, Vera
Bjelik, Rufina Gasheva...
A veces fijo la mirada en la oscuridad del cielo nocturno
y cierro los ojos.
Todavía puedo imaginarme como una chica joven, allí
arriba en mi pequeño bombardero.
Y entonces me pregunto: Nadia, cómo lo hiciste?
Надежда Васильевна Попова
23.февраля.День.Советской.армии.и.Военно-морского.флота