11 de septiembre de 2014

Escotilla.8

Resuena tu nombre marinero en un barco que no tiene puerto, en una ciudad sin mar. Y como una galerna brava que desde la costra brama, tras tus jambas aguarda la larga galería norte, allí donde los días y las noches no tienen nombre, donde ni un fino hilo pudiera sobre el dorso de la mano distinguir la luz de la tiniebla.

Camina entre las sombras el hombre sin rostro, que bajo la capucha oscura alza su mano y con su dedo divino señala el camino al final de cuyo destino se alcanza a ver el rostro de un vencido, cuya suerte está ya escrita. Su nombre y su rostro se desvanecerán bajo la fosa cuya tierra acogerá temblorosa lo que la historia no querrá recordar.

Pero hoy al llegar la noche, cuando las horas marquen las 20:00, ante tu puerta al menos una vela alumbrará el lugar en que hubo quien esperó sobre la gastada grada a que alguien gritara su nombre y saber que así al menos aún seguía vivo.

4 de septiembre de 2014

скорбящая мать.Καρδιά από γυαλί

Divino Marte, qué fácil lo tienen algunos para querer amarte, amarte tanto y en cualquier parte.

Se postran ante ti entregando sus ofrendas aquéllos que ansían portar de regreso al son de fanfarrias y triunfos, sobre sus honorables testas coronas de oro y laurel, más sólo acabarán de hinojos. Ya no queda nada del carnero y los dos bueyes.

Oh, tú, único dios vivo, único dios eterno, que cada siglo o cada hora te asomas al abismo de la pútrida historia.

Las madres te entregan hijos, y tú les devuelves cuerpos envueltos en sudarios.

Oh, divino marte, a veces es muy fácil odiarte.

Ave y por Júpiter.

1 de septiembre de 2014

Wandern

Y entonces alguien le dijo, esta es mi patria y mi bandera, y respondió, lo cualo, lo que era.

Acaso no es nuestro lugar sobre la tierra un lugar como otro cualquiera, vagando de norte a sur detrás del eterno brillo de una errante estrella, aún hay quien cree que nació para poblar la patria y ondear una bandera, mientras los pacientes gusanos aguardan sin prisa que llenes un hueco de esta nación con la que tanto sueñas.

Migran las aves, los vientos, los ríos, los peces y nadie detiene su curso y ni su regreso, sobre la faz de la tierra, los diminutos genes recorren senderos que nadie crea, y a lo largo de la historia, poco a poco los que sobre ella pasan, al final no importa de donde ni bajo que bandera, bajo ella se quedan.