11 de septiembre de 2014

Escotilla.8

Resuena tu nombre marinero en un barco que no tiene puerto, en una ciudad sin mar. Y como una galerna brava que desde la costra brama, tras tus jambas aguarda la larga galería norte, allí donde los días y las noches no tienen nombre, donde ni un fino hilo pudiera sobre el dorso de la mano distinguir la luz de la tiniebla.

Camina entre las sombras el hombre sin rostro, que bajo la capucha oscura alza su mano y con su dedo divino señala el camino al final de cuyo destino se alcanza a ver el rostro de un vencido, cuya suerte está ya escrita. Su nombre y su rostro se desvanecerán bajo la fosa cuya tierra acogerá temblorosa lo que la historia no querrá recordar.

Pero hoy al llegar la noche, cuando las horas marquen las 20:00, ante tu puerta al menos una vela alumbrará el lugar en que hubo quien esperó sobre la gastada grada a que alguien gritara su nombre y saber que así al menos aún seguía vivo.