11 de diciembre de 2008

Declaración de los Reveses Humanos

Todos los hombres mueren iguales, convertidos en polvo, aunque hayan nacido diferentes.

Todos los hombres son injustamente tratados en su vida, aunque algunos además son maltratados.

Todos los hombres se mueven libremente en la jaula en la que viven presos, entre muros y fronteras.

Todos los hombres creen en aquello en lo que les enseñan a creer de pequeños.

Todos los hombres se distinguen por el color de su piel porque ella decidirá el color de su dinero.

Todos los hombres son educados en la medida en que se necesita que sepan para que puedan ser esclavos.

Todos los hombres creen que son hombres y olvidan que las mujeres son seres humanos.

Todos los hombres tiene asegurados sus reveses aunque no luchen por ellos.

11 de noviembre de 2008

11.11.11:00

En los campos de Flandes, donde Julio dijo que se encontraba el pueblo más valiente de todo los galos de todas las Galias, donde las amapolas brotan en la tierra, en los cielos y en los mares. Puede que no lo creas, pero en las noches de luna clara, algunos han visto, que en medio de las llanuras se reunen a jugar al balón batallones de soldados en abierta formación, y sin que se sepa de que bando son, se mezclan equipos y colores. A veces los alemanes juegan con los ingleses, y los escoceses con los franceses, mientras aguardan que los rusos traigan vodka y sonidos de acordeón, para alegrar la noche hasta el alba, y mientras dura la batalla por un gol, el alboroto y las risas llegan de París a Berlín, pero cuando el sol renace, agotados por el fragor, sentados junto a las cenizas de las hogueras que se apagan, extraen de abrigos y carteras las fotos de los que los añoran, y alguno de ellos dice ... mira, éste es mi hijo, morirá en las afueras de Stalingrado, ... el mío responde otro lo hará en Caén, ... a orillas del Vístula ... - dice otro - ... como yo lo hice a orillas del Marne, los más atrevidos añaden, ... el mío lo hará en Buchenwald, ... junto al mío responde otro..., aunque hoy sus uniformes los separen. Es entonces cuando la pena les vence, y se desvanecen entre la nostalgia y el recuerdo.

Si alguna vez vas a Flandes, y en mitad de la noche escuchas el sonido de un balón que gira al surcar el aire, agáchate y aguarda, mientras tus manos tocan la tierra en la que no podrás distinguir las piedras de la carne, podrás recordar si así lo deseas, que tu vida no vale nada si un mariscal te lo manda.

8 de noviembre de 2008

K.O.

Cada año pasa un año, pero hubo uno en el que pasaron otras cosas. Un mes se volvió rojo, y en un instante cambió de nombre, de octubre pasó a noviembre. Hay quien cree que de lo hecho nada vale, que lo injusto lo es en todo, porque a veces lo fue en parte, pero cuando la parte se reparte y se vuelve el todo, a nadie le importa si lo justo es juez o parte. Si entiendes lo que digo, escucha y aguarda, porque en esto sólo está la nada. En el otoño del siglo en el que nacimos, un 26 de octubre que ya nunca volverá, hubo quien dijo que un hombre lo es por haber nacido, no porque lo diga el zar o la zarina, hubo quien dijo que cinco siglos son bastantes para que los siervos sean ganado que se venda y que se mate, hubo quien dijo que la sangre de miles en los frentes de batalla vale más que la tierra que se gana, ... un hombre subido a un tren, una estación, una ciudad, un mundo por conquistar, un imperio que levantar, en el que todo hombre valga igual, en el que no haya amos ni dueños, sino seres iguales. En los años que han pasado, una estrella ha brillado, del color del sol de la mañana, los días se han llenado de errores y aciertos, algunos en sangre, otros en hambre, unos mejores, otros peores, de héroes y canallas, todos de naturaleza humana.

Setenta años bastaron para cambiar el mundo, para demostrar lo que se puede lograr cuando todos se dan la mano, y veinte han bastado para mostrar lo que se puede conquistar con el egoísmo humano. A los que entonces creyeron que el mundo sería mejor, a los que se equivocaron para conseguirlo, a los que aún lo piensan, hoy es ayer, y también hoy, al alzar la vista en lo alto del cielo un planeta rojo gira entorno al sol, porque el rojo no es un color.

Krasnii.Oktiabr!

6 de noviembre de 2008

VieleFarbenMeineFarbe

¿De qué color tiene que ser un hombre para que sea un hombre? ¿De qué color tienen que ser sus ideas para que sean suyas? Hace tiempo que algunos tienen sueños de mil colores, pero tardan tanto en llegar, que a veces se vuelven grises y apagados. ¿De qué color tiene que ser tu hermano para que sea de tu misma sangre?


Allí donde mires, sólo un color lo inunda todo, el rojo de la sangre que nos une y nos salva, el azul del cielo que nos protege y nos guarda, el verde de mar infinito que nos limpia y nos calma, el amarillo de un sol que nos calienta y nos alumbra, el negro de la noche que nos arrulla y nos amansa.

Dicen que se hizo la historia, que dos más dos son cuatro, que dos veces cuatro, cuarenta y cuatro, y es cierto porque la historia ya se ha hecho, lo de ayer ya es pasado. Será que es nuevo porque es rico y americano, pero yo aún recuerdo, aún añoro, un corazón asesinado, aquél de Memphis tiroteado,... y uno aún más olvidado, aún más amado, un corazón africano, un corazón rojo, rojo ensangrentado,... porque Lumumba era mi hermano.

29 de octubre de 2008

El mago de hoz y martillo

Caen los muros de la calle, cae la calle que tenía un muro, cae, cae, todo cae, porque la gravedad no se compra ni se vende.

De tanto tirar piedras contra los muros de la vieja Europa se quedaron sin ladrillos que sostuvieran los suyos, hubo quien riendo dijo haber demostrado que la justicia de lo común o la opresión del individuo había caído y los pobres y desamparados cambiaron moneda y bandera contentos y felices.


Y a esos que cambiaron kopeks por centavos qué les queda hoy, una isla en venta, a rublo la hectárea, un país en invierno al que se le marchita la primavera ahora que está rozando la quiebra, porque Atila ya no cabalga, y las naranjas se marchitan porque en el Dnieper sopla el frío que detuvo a Napoleón. De bonitos colores los ricos llenaron las mentes de los pobres con sus alegres ilusiones, y ahora que el dinero ya lo tienen, sólo dicen lo siento, corazón, pero ya sabes que te quiero.


A pocos días de noviembre, los harapientos y miserables se reunirán en rebelde comuna, con su gran asamblea, para iluminar al mundo, y enarbolando de nuevo la enseña roja en la capital del imperio, todos juntos como en la vieja granja llegarán a la verdad eterna y justa que todos los animales sumisos esperan, de entre ellos se alzarán refundiendo el capitalismo mientras se guardan el capital y a una sola voz gritaran... oíd la gran solución, trabajad más, cobrad menos, esa es la gran verdad, y ahora nos retiramos que la comida se enfría en la piara.

Orwell, Orwell, no me mientas que te conozco.


Qué hermoso, oktubre, unos muros caen, mientras algunos hombres se levantan. Quien quiera ver la avrora que mire al mar.

7 de octubre de 2008

Levantándonos entre las ruinas

Sieben.Zehn.Neunundvierzig.kleine.Heimat... Hast Du alles vergessen, WessiBruder?

Muchos creen que la verdad existe, justo antes de concluir que la verdad son ellos. Pasan los años y los días y también pasa el olvido. Se pierden en la memoria los mapas de países que no existen, que nunca existieron, y con ellos se olvida también en todo lo que creyeron. Hace tiempo que creamos países, reinos e imperios para levantar iglesias, patrias o pueblos. En la hipocresía de nuestros sueños, justificamos nuestros errores, a ellos les acusamos de matar millones, hasta que partimos en dos, en tres, en ocho sus corazones, unos al este otros al oeste, los que antes odiamos por asesinos crueles, los unimos a nuestras huestes, y cuando alzaron muros de hormigón, alambradas y torreones para impedir la huida, les negamos el saludo y las ideas, mientras ahora nosotros los alzamos para negar la vida.

Durante 40 años dos pueblos vivieron separados, pagaron con tristeza y dolor, todo el horror que causaron, pero entre todas esas cosas hubo sueños, esperanzas, deseos, ideas que querían la paz entre los pueblos, la unión de las manos, abajo las balas, los fusiles y los muros desalmados. Sin embargo no duermen los canallas en vano. Aquellos que se alzaron derrotados, que dos veces tuvieron que cambiar de amo, se les niega el haber sido seres humanos. Pues ahora decimos no, que no cayeron por nada, que durante años fueron encarcelados mientras sus hermanos alzaban el brazo bien alto, que sí, se equivocaron y creyeron en cada uno un espía, pero mil veces los insultaron por pensar que el rojo es más que un color, porque es la sangre de tu hermano. Alza ahora si quieres muros de hormigón para negar a otros lo que antes reclamaste con falsa indignación, si los hombres son libres, son humanos, no hay patria que pueda encerrarlos, ni ley que pueda expulsarlos.

A los que sufrieron en campos, a los que fueron derrotados, a los que durante 40 años vivieron enclaustrados, a los que humillaron con banderas de águilas negras y lenguas rojas por haber vivido al otro lado, a los que compraron con nuevos marcos sin la cara de Carlos, a los que negaron el orgullo de haber trabajado sin descanso, a los que desde las ruinas se alzaron, a los que con Goethe tocaron antes el cielo que sus libres, santos y perfectos hermanos, a esos, hoy, a sus 59 años, después de haber pagado sus errores bien pagados, les decimos... dass nie eine Mutter mehr ihren Sohn beweint.

2008.Berlín.OssieLand.

13 de junio de 2008

Ignorancia

La ignorancia es la victoria del capitalismo.

Durante siglos la educación era propiedad de los poderosos, transmitida bajo el control de la fe, sólo el poder del dinero podía comprarla. Los campesinos, analfabetos perpetuos, conocedores sólo del ciclo de los vientos, las estaciones y los campos, nunca pudieron abandonar su condición, salvo aquellos dotados del genio de un oficio en el que su labor se convertía en arte y pasaban a constituir los gremios de artesanos, cuyo conocimiento profundo de una técnica les proporcionaba los beneficios que a la burguesía sobraban. Sin embargo, la llegada de la revolución industrial permitió a grandes masas de ignorantes, desplazados del campo por períodos de malas cosechas, sequías y hambrunas primero, y la maquinaria agrícola después, abandonar el cultivo por la monotonía de las industrias donde la cultura no era precisa pues el hombre sólo ocupaba el lugar de una máquina aún por inventar.

Cuando la correlación de fuerzas entre burguesía y proletariado en las ciudades comenzó a invertirse, los poderosos mantuvieron el equilibrio mediante los ejércitos, allí donde éste se mantuvo del lado del poder, como en Inglaterra, la revolución dormitó, allí donde vivía peor que el proletariado, la revolución triunfó.

Cuando, finalizada la Gran Guerra, los gobiernos temieron que el ejemplo soviético se adueñara de una Europa sumida en la miseria, apostaron por la caridad de modo que los trabajadores vivieran en una riqueza hipotecada, alegoría del paraíso, que basada en el consumo desmedido sostuviera los beneficios de los ricos en la aparente riqueza de los pobres.

Los anarquistas siempre creyeron que la cultura, la educación, servirían para liberar al pueblo, y que su propia consciencia iluminaría con la razón el futuro de la humanidad. La sonrisa del feliz ignorante es su derrota.

Ahora que los lacayos y los siervos aman los dogales de sus amos, el más listo de ellos protestó ... iaaaaaaah!

14 de abril de 2008

Meine Erinerung

Cuando el mes ya va mediado, y la primavera terciada, cuando el dios de las calendas llama a las puertas de los idus.

Vuelve el recuerdo inesperado de cada 14 ansiado, y hoy escribo para aquellos que aún viven en el pasado.

Haced del pasado el presente pero dejad el odio enterrado, que los huesos ya no temen, ya no sufren ... ni aman, ni odian, pero enterradlos en sagrado. Levantadlos de sus fosas para que puedan caminar en paz, y sentir en el frío de calcio el calor del sol que ya ha llegado. Entre ellos hallaréis, santos de los que rezan y aman, de los que luchan y no callan, de los que combaten y reclaman, analfabetos de obra o maestros de seminario, de los que sueñan y lloran, ... vestidos de mono o sotana, serán santos porque lo dicen su alma o sus obras, sus manos con callos o su cara lavada, y también veréis canallas y asesinos de los del arma en la mano, la antorcha o la guadaña, de los de capa y capote, de los que fusilan las tapias, de los que creen que las balas salvan, que curan o espantan cuando sólo matan. Recordadlos a todos, pues humanos fueron, de sangre y carne que ahora les falta, de obras y trazos, gruesos y finos, recordad a los que en paz vivieron y por inocentes murieron al grito de la libertad, que en todas parte mora, pero dejad enterrados los odios que los mataron, entended sus palabras, comprended su pasado, recordad lo que hicieron, cada uno su nombre, cada uno su obra, acertado o errado, pero dejad sepultado, bajo su losa de mármol, hondo, muy hondo, tan lejano como el futuro que aún resta y también suma, los rencores, los dolores, los pesares, aunque cueste tiempo y alma, las iras y furias, hijas de los mismos dioses que de los hombres se burlan, dejad calladas y quedas todas las palabras que con rabia se gritan y con fusiles se clavan.

Que la libertad no mata, que el recuerdo no destruye, que la memoria no separa, no rompe, no desgarra, no divide, ni mapas ni tierras, ni ríos ni montaña, ni patrias reales o inventadas, ni naciones imperiales ni imperios nacionales, ... que son los vivos los que no avanzan los que se aferran a voces, a gritos, y a batallas, que no importa si fueron ganadas, que el mañana se hace de aciertos y fallos, pero más aún de lo que se cambia.

Cada primavera tres colores bastan, quien no lo entienda nada gana, quien lo quiera que sonría cada madrugada, porque hoy puede ser mañana. Guárdate de los Idus, oh, César, aunque no sea marzo pues traen colores de mayo.

Die.Dritte.wird.sein.