25 de mayo de 2012

FlügelLosBoten


Ya no necesito nada, ya no tengo hambre, ya no tengo miedo, ya no tengo ganas, ya no tengo nada.

Frente al Pireo, ya no viven, ni vivirán jamás, ni Homero, ni Ulises, ni Aquiles, ni ninguno de los dioses del Olimpo.

Los ángeles sin alas no volarán jamás, más si saltas él enviará a los suyos para recogerte y evitar que te hagas daño, ... como siempre, has faltado a tu palabra.

Antonis Perris y su madre. Dimitris Christoulas.

I Elláda íne o tafós.


24 de mayo de 2012

Creo en lo visible e invisible...


Creemos en esa mitad de la humanidad que en realidad forma tres cuartos de la genética universal, creemos en esa humanidad que se vuelve invisible con los años, bajo el empuje del cerebro reptiliano que sobrevive bajo cualquier mamífero humano, creemos en esa parte de la humanidad de la que sabemos a ciencia cierta que procedemos porque un día fuimos parte de su carne, demostrando que no fue de una costilla de la que nacimos, creemos en lo visible de la infancia y la juventud, pero también en la invisiblidad de los años de la madurez y la vejez, creemos en esa invisible manera de adaptarse siempre a todo y afrontar los problemas con la palabra y la paciencia antes que con la ira o la violencia, creemos pues en la humanidad invisible en que para nuestra vergüenza convertimos a las mujeres en cuanto la naturaleza reptiliana de nuestros deseos nos exige que las ignoremos, creemos pues en ellas que no son de cristal transparente, sino de carne y hueso, y reclamamos el esfuerzo de recordar que por encima de ese cerebro de reptil que nos incita a seguir respirando nos queda el cerebro que como mamíferos hemos heredado para convertirnos en seres emocionalmente racionales.

21 de mayo de 2012

Die.Abenteuer.Karls.und.Friedrichs.Zahl.Fünf

Ende

KM: - A ver entonces como queda, Fried, lee, bitte.

FE: - Los proletarios no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar. ¡Proletarios del mundo, uníos!

KM: - Hum, vale, vale.

FE: - Aber,…

KM: - Aber, was, Fried?

FE: - Es que, eso de no tienen nada que perder pues…

KM:- Está bien, oder? … sus cadenas.

FE: - Hum, y sus coches.

KM: - Bueno, está bien, añade,… no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas y sus coches.

FE: - Y sus casas.

KM:- Bueno, está bien,… no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas, sus coches y sus casas.

FE: - Y sus chalets en la playa.

KM: - Vale,… sus cadenas, sus coches, sus casas y sus chalets en la playa.

FE: - Y…

KM: - Y qué? Was ist jetzt los?

FE: - Pues, sus móviles, sus portátiles, sus ipads, sus iphones, sus mp3, sus ordenadores, sus…

KM:- Vale, vale… sus cadenas, sus coches, sus casas, sus chalets en la playa, sus móviles, sus portátiles, sus ipads, sus iphones, sus mp3, sus  ordenadores, y sus cojones. A ver ahora… Los protelarios no tienen nada que perder en ella más que todas sus cosas. Tienen en cambio, un mundo que ganar. ¡Pequeños burgueses del mundo uníos! Así mejor, así mejor?

FE: - Tssshhhhhh…

KM: - Gott, esto del socialismo, no es nada fácil, nada fácil. Al final acabaremos en la cárcel.


В ролях/Im weiteren Rollen: Karl Marx, Friedrich Engels.


9 de mayo de 2012

weißesBettuch

Flotan al viento las blancas sábanas, una en cada hueco, una en cada ventana, cientos en cada casa, lo último que queda, lo último que falta, la última bandera de quien con luchar ya no sueña, y sólo espera la compasión, la piedad a cambio de una rendición, de la total capitulación.

Hubo un tiempo en que el rojo, el blanco y el negro cubrieron como lienzos los viejos ladrillos, las piedras horadadas. Los orificios de bala, hoy quedaron bajo el blanco de la ropa de cama. Luego vendrá la venganza, el odio, la rabia, el dolor, y las lágrimas, la ciudad pagará la ofensa, toda la tierra alemana, y entonces en su destino, olvidará los pecados cometidos, las risas en los balcones de los desfiles bajo las flores, olvidarán los gloriosos uniformes, los gritos, los aplausos, las botas de clavos, olvidarán los coches negros de azabache brillante, olvidarán los blindados, los cañones, los aviones, los bombardeos de las viejas ciudades, olvidarán los campos, las sogas de alambre, las duchas del gas asfixiante, las alambradas, las fosas, todo eso que nunca vieron, eso que nunca supieron.

Olvidarán a los vecinos que por la mañana saludaron, y por la noche se desvanecieron, olvidarán la noche, olvidarán la niebla, olvidarán los nombres convertidos en números, en la palma de la mano, en la piel del detenido, olvidarán los primeros años cuando mirando al cielo del elegido olvidaron mirar el rostro sobre la tierra, de sus hermanos, de sus vecinos, de sus amigos, olvidarán todo cuanto vieron y sólo pensarán en el rostro sudoroso del enemigo sobre su cuerpo vencido, y olvidarán el dolor ajeno, ese que nunca causamos, ese que nunca creamos, para recordar sólo el que nos han inflingido.

Y quedarán sólo los vivos, mientras se llena la tierra como después de cada guerra, de todos nuestros olvidos, el olvido de los culpables, de los muertos, de los caídos, de los amigos, de los enemigos, el olvido de todos los falsos y absurdos motivos, el olvido de los sufrimientos, del hambre, de la peste, de la muerte, de la guerra, de los cuatro caballos y sus jinetes callados, pero en los días de mayo sobre el dintel berlinés entre las pezuñas de piedra se alza un hombre y su bandera, por el camino, millones los muertos, millones los heridos, millones de héroes, de heroínas, de viejos amigos, tumbados y caídos.

Hoy, empieza y termina, de cada uno de mis días, el eterno recuerdo de todas las cosas que siempre olvido, quizás esta primavera las grullas encuentren el camino a casa.

Am 8.Mai um 23 Uhr schweigen die Waffen...

7 de mayo de 2012

Con flores amaría

Se puede creer en rostros de madera, en manos de cera, en túnicas de tela y pelucas de fino pelo, incluso puede uno creer en doce estrellas brillantes que formen una corona, antes que una galaxia, o una constelación, pero a principios de mayo me gusta contemplar el color de los campos y los árboles que cubren de flores las mañanas y las tardes, quizás, porque los pétalos de las rosas me recuerdan el primer día que abrí los ojos y pude ver al fin; me recuerdan todo eso que vi que tenía nombre de mujer, el aroma del jazmín, me recuerda el sueño tranquilo entre unos brazos, que anticipaban el roce de una mano sobre mi pelo lacio, ese pelo que ya no tengo, el perfume de la dalia, me recuerda el modo en que tenía que alzar la mirada para ver en el extremo de mi brazo la mano que me asía con fuerza y suavidad, al final de la que caminaba un rostro lejano como un mundo y al que ahora veo desde lo alto bajo unos cabellos canos, el olor de los claveles, me recuerda los días de columpios que con cada falso vuelo mostraban el rostro preocupado que desde el fondo de los ojos me decía no tan alto, no tan alto, la esencia de los tulipanes, me devuelve los días de la ropa limpia que ahora soy yo quien lavo, de la comida servida caliente sobre un plato que ahora sazono, de la ropa cosida con precisión y que ahora zurzo y remiendo, me recuerdan el olor a lejía en unas manos que hoy tiene la piel moteada y desgastada por el tiempo, con la fragancia de las mimosas que cuelgan de sus ramas, recuerdo que hoy el tiempo ha pasado y en realidad no he hecho nada que merezca esa mirada que aún me mira y esos labios que dormido aún me desean buenas noches a pesar de todo lo que he sido.

Con todas las flores, con cualquier flor, con flores de mis días amaría cada uno de los días de tu vida que malgastaste en mí y en mis manías, con flores amaría eternamente la x que existe y me falta en mi genética existencia.