7 de octubre de 2010

1+9+39=7+10+49=9+11+89=3+11+90.Mathematik gegen unser eigenes Vergessen. Immer bereit.


No se puede olvidar un país que ya no está, no se puede enterrar, un lugar que ya no existe.

Se creó de la nada de un trozo de costilla desgajada, a pedazos lo partieron como antes ellos desmembraron los pueblos.

Así se hace la historia, de trozos de tierra, de girones de carne, de muros y alambradas, de chimeneas de humo blanco, de color óseo calcáreo.

Algunos creen que separaron a buenos de malos, pero de qué lado quedaron los canallas, de qué lado los que su pasado callaron, los que mintieron, los que fingieron, diciendo que nada supieron, que nada vieron, que nada oyeron, que si acaso sólo obedecieron.

De qué lado quedaron los que faltaron, los que poco a poco tras el incendio se fueron yendo, los que tuvieron que huir, los que de alambre colgaron, con sogas o cuerdas de piano, los que su cabeza cortaron a golpe de tajos de guillotina, por traidores falsos, que nunca fueron tales, pero que siempre fueron tantos, tantos héroes atormentados, gigantes asesinados. Dónde los que aire infecto sus pulmones llenaron, bajo la ducha seca y callada, también ellos eran hermanos.

De qué lado quedaron los nombres que luego borraron, donde están hoy los que antes que ellos lucharon, los que murieron peleando, protestando.

Dónde quedaron los que tanto animaron a saltar muros entonces, mientras hoy los hacen más altos para separar por colores, no de banderas sino en pieles tintados, dónde los que llenaron vagones, y ahora ven llenar aviones.

Dónde dejamos los ideales, los principios innegociables, las grandes palabras, las promesas celestiales de los demócratas reales, dónde duermen hoy las banderas en alto, del color de nuestra sangre innoble, por qué los hemos cambiado, ¿es que nada valían?, ¿es que estos nuestros de ahora son mejores?, o acaso vivimos tiempos peores, donde es fácil tapar ojos y oídos con el grueso de un billete de dulces olores.

Aún hoy al contemplar el pasado hay quien cree que ellos siempre libres fueron y que a sus hermanos liberaron, de las garras, del yugo, del martillo atroz, de la afilada hoz, pero con cuarenta años de retraso, después de haberlo intentado tiempo atrás, y morir, y matar, a millones masacrando.

No se puede olvidar, a ninguno de los nombres que a ambos lados del mismo muro miraron, a los que por los otros lloraron, a los que por un mundo mejor lucharon, porque nosotros mientras tanto, sólo hemos vivido, callando y mirando.