22 de junio de 2009

Mies de verano 22.06.41

¿A qué hora sería la madrugada de hoy?, ¿acaso no eran las 4?

¿Por qué tan pronto?, porque era verano, y en esa latitud el sol sale temprano, muy temprano.

¿Cuándo acaba una guerra?, ¿cuándo empieza?, ¿quién la gana?, ¿el que la termina?, ¿el que más mata?

¿Cuánto dura una guerra?, 34.003,5 horas, 2.040.210 minutos, 122.412.600 segundos, cada 6 segundos muere tu hermano.

¿Cuánto tardas en leer cada palabra?, medio segundo, un segundo, tal vez dos si eres espabilado..., bien, cuando hayas terminado, ¿cuántos habrían muerto?, ¿los has contado?, ¿aún no?, echa las cuentas, suma, resta, divide... así son las guerras, para grandes patrias, y también para las pequeñas.

Si quieres puedes olvidarlo, creer que cinco años se ganaron en un par de playas de Francia, que los más listos venían de más allá del Atlántico; adelante lee lo que siempre has leído, escucha a los que siempre has escuchado, pero recuerda: ante ellos se rindieron, ante estos de que te hablo, sólo capitularon, la palabra no es poco, la diferencia es mucha, la distinción entre vivir en paz o vivir derrotado.

Pregunta ahora de nuevo, ¿quién ganó aquella guerra?, ¿quién tomó la capital?, ¿quién alzó su bandera desde lo más alto?, ¿quien conquistó desde el Volga hasta el Elba?, ¿quién ganó el Este para su bando?, ¿quién se quedó con las tierras que de Polonia tomó tras el cuarto o quinto reparto como si aquí nada hubiera pasado?, ¿quien obtuvo más después de haber luchado?

Si crees que la respuesta ya la conoces, responde ahora sólo a una, ¿quién perdió a veinte millones de seres humanos?... en verdad, tienen razón los santos cruzados, ellos solitos la ganaron, los otros… los otros sólo sembraron los campos.