9 de noviembre de 2010

QUO VADIS, OSSIE?

Sí, eso era, sin embargo, ahora mudo, aguantas los golpes que caen sobre tu espalda. Te dicen así ha de ser, y callas, así has de hacer, y callas, así has de pensar, y callas, así has de ganar, y callas, así has de trabajar, y callas, así has de vivir, y callas, ahora siempre callas.
 
Dónde dejaste aquellas reuniones de noches aciagas frente a las puertas de las iglesias de Leipzig, cual Lutero y sus 95 tesis, dónde dejaste de gritar y reclamar lo que te pertenecía, por qué ahora te quedas en casa en silencio, callado y mudo, casi muerto dentro de tus cuatro muros, qué hermosos son esos muros ahora, y cuanto luchaste contra otros, lo hacías por ti o porque otros te guiaban.
 
Aguardas ahora un día de trabajo, o medio, o un tercio, o un cuarto, o la suerte de un día con pan a cambio de más años de trabajo, pero sin tan siquiera un futuro distinto, quién sabe por cuanto tiempo. Acaso era más fácil protestar bajo una dictadura comunista, que te espiaba, te humillaba, te atormentaba sin descanso, que te habría fusilado sin remordimientos, o eso decías, que bajo la democracia que te ampara, donde todo el poder es del pueblo, para el pueblo y por el pueblo.

Por qué entonces reclamabas y ahora en silencio aguardas a que te cedan las migajas, dónde dejaste que te quitaran lo que era del estado que era también tuyo, era tu dinero, era tu hogar, era tu patria, y ahora es todo suyo, por qué bajaste los brazos que tanto airabas contra el estado de obreros y campesinos, a cambio de uno de mercaderes y banqueros, por qué ahora no detienes el curso de la historia donde los ricos se hicieron más ricos con tu trabajo, y los nobles más ociosos con tus ganancias, entonces derribaste el muro y ahora, ahora te quitan lo que otros lograron en siglos, o es que has comprendido al fin que ahora no eras nada, solo una pieza de orfebrería barata que ya no vale nada, absolutamente nada, porque vives en democracia, y con eso ya te basta, porque a nadie le importas nada.
 
Querías libertad, y ya la tienes, pero dónde has estado todos estos años para defender tu trabajo y tu dignidad, dónde dejaste el valor, cuando perdiste la razón para creer que cruzar aquella frontera te iba a dar de comer, acaso amabas más la libertad de cruzarla que el pan de tus hijos.
 
Pobre Ossie, de Bürger a Verbraucher, eso es todo lo que querían de ti, todo lo demás ya lo tomaron para sí, todo cuanto habías creado se repartió bien separado entre los que ganaron la guerra, porque fueron ellos, los que la empezaron y la terminaron vivos, esos la ganaron, y no tú. Ahí tienes tu libertad, tus marcos alemanes, y tus verdes praderas prometidas apenas florecidas, si no las ves sólo tienes que buscarlas, pero ahí están, sí, hombre, sí, mira bien, sí, ahí, ahí mismo... a tu lado, si está muy claro.
 
Quién sabe qué añoras más, si los paraísos que nunca lograste o las explanadas de Nürnberg alumbradas por antorchas inabarcables. Pobre Ossie, cuánto valor para derribar un muro y qué poco para cambiar tu mundo.
 
Si tú abandonas Berlín, yo volveré a ella, para ser socialista.
Am 9.November.1989