10 de diciembre de 2013

Rivonia

Es fácil sentirse tentado a pensar que uno merece, por una cuestión de melanina o no, algo que otros no deberán tener, creer que existe un paraíso en el que todo es más fácil, mientras ignora que esa vida se sostiene sobre el sacrificio de otras a las que uno ha repudiado, es fácil pensar que vivir así, en una escalera donde cada ser humano habrá de ocupar un escalón que le tiene el futuro reservado sin poder abandonarlo, es el orden de las cosas tal y como lo ha aprendido.

Es fácil sentirse tentado a odiar cuando uno ha sido largo tiempo vilipendiado y humillado, cuando ha pagado con su sangre la vida que otros han disfrutado porque así lo manda la ley que sin más la violencia y la fuerza han creado, es terriblemente tentador devolver la ira y la rabia convertida en venganza ciega que no se detenga ante nada y destruya todo lo que otros disfrutaron tras levantarlo sobre el sufrimiento y el trabajo duro de quien todo cuanto es posible ha soportado.

Es fácil todo esto, pero hay quien a pesar de todo fue capaz de seguir el camino más complicado y no olvidar 27 años, no olvidarlos para aprender a cambiar todo aquello en lo que uno estaba equivocado.

Hace demasiados años una gran mujer dijo sobre un hombre sencillo ... si queréis honrarlo, construid escuelas, hospitales, fábricas, bibliotecas, y olvidad estatuas y mausoleos... en estos días, otro hombre  ha iniciado un nuevo camino en la historia, y mientras sobre él se llenará el mundo de elogios, alabanzas y panegíricos, cabrá preguntarse si hemos aprendido algo?.


Por encima de todo, nosotros deseamos derechos políticos igualitarios, porque sin ellos, nuestras deficiencias serán permanentes. Sé que esto suena revolucionario para los blancos de este país, porque la mayoría de los votantes serán africanos. Esta es la razón por la que el hombre blanco teme a la democracia.

20.abril.1964.Juicio de Rivonia