8 de diciembre de 2011

Mater.pro.Nobis

En la hora nona de los maitines de laudes, una sola cosa habrás de entender, pues en verdad, en verdad te digo, que de todas cuantas verdades son verdad y cuantas son ciertas, entre todas las leyes del universo, sólo habrá dos que habrás de comprender, pues son verdades eternas. En todo cuanto oigas y escuches, e incluso en todo cuanto comprendas sólo dos verdades son ciertas, sólo dos son eternas.

Que todos los niños son iguales, que iguales son en las risas, en las carreras, en lo que apenas saben y en lo que aprenden, en los gestos que son tuyos y que mañana serán suyos, en las palabras que de ti entienden, en los juegos, en los miedos, en los enfados, en los caprichos, en los llantos, en las lágrimas de todo y por nada, en los sueños entre los brazos, colgados al hombro como un fardo, en los besos, en las miradas de pillos, y en las mentiras de libros y cuentos, en todo ello son iguales.

Que todas las madres son iguales, que hay hombre buenos, y hombres santos o pecadores, sabios o necios, generosos o tacaños, huraños o desprendidos, amables o serios, que de hombres hay varios y hay todos cuantos quieras, mas en las madres no hallarás diferencia, ni en sus abrazos, ni en sus regazos, ni en sus caricias, ni en sus vigilias, ni en sus esperas, ni en su paciencia, en su infinita paciencia, ni en su insistencia, tampoco en su insistencia, no hallarás forma alguna de ver en una, cosas que no haya en otra, ni en sus palabras, ni en sus gestos, ni en su lucha, ni en sus días, ni en sus noches, ni en los madrugones, ni en los minutos, ni en las horas, ni tan siquiera en los nombres, piénsalo bien y verás que en nada se diferencian sus nombres.

Mas también habrás de saber que ni fueron santas, ni vírgenes, ni inmaculadas, pues más que todo eso fueron, son y serán madres, y en verdad, en verdad te digo que al final de los tiempos, en carne y hueso morarán todas en el reino de los cielos, y si así no fuera, que no me busquen en las altas nubes, pues para mí siempre tomarán con un beso el hogar de mis sueños y mis recuerdos… hasta el final de mis días. Amén.