26 de septiembre de 2013

LändErde

Puedes pedirme una bandera, y te diré que no me vale cualquiera, que la única que quiero es la bandera blanca, no la que se alza para declararse vencido, mostrarse derrotado o sentirse caído, sino para decir al mundo que bajo ella, vive, descansa y duerme, un ser dispuesto a existir en paz,  que la única que vale entre tantos colores que iluminan los cielos, es la bandera roja, la que me recuerda la sangre de todos los que me han precedido y ya han muerto, de todos los que han dejado su vida en el empeño para que hoy yo siga viviendo y no esté muerto, y la única que arriaré será la bandera negra, cuando de la faz de la tierra se muera el hambre negra que devora las entrañas de miles de seres humanos mientras otros se llenan las manos del pan que les sobra para darles un pedazo a sus perros o a los seres que creen esclavos, como verás ninguna de ellas tiene por tierra una patria trazada con tinta, miseria y sangre sobre el lienzo de un mapa, salvo la que cobija los restos de todos aquellos muertos, dormidos sobre la piel de este planeta.