7 de mayo de 2010

Pamyat.9.Mai

Oh, campo, gran campo. Cabalgan por el campo héroes, héroes del Ejército Rojo...
Cada año, cada mayo, cada primavera,... cada día, pienso tanto en el pasado, que olvido que ya los han olvidado.


Ya no hay padres, ni abuelos, ni madres que esperen el regreso de unos hijos e hijas que hoy serían ancianos, tal vez queden hermanos y hermanas, camaradas, buenos y malos que crean que volverán a verlos, a tenerlos, vivos entre sus brazos. Pero también su hora va llegando, una a una, hacen días, hacen años, hacen polvo los huesos enterrados, borran huellas, memoria y monumentos aislados.

A mis camaradas, a mis buenos camaradas, que intentaron ser honrados en lugar de canallas, que lucharon, lloraron, sufrieron y finalmente murieron, a los que quisieron salvar a los oprimidos, a los hambrientos, a los esclavos, y no pudieron, porque no les dejaron o porque los mataron, sólo a ellos les hablo.

A mis camaradas eternos, a los que ya no tengo, a los que entre lágrimas de ancianos pierdo, a todos ellos, antes de que la memoria también a mí me falte, les recuerdo... porque ya es mayo.