22 de junio de 2014

Сколько будет девять плюс один?

Tras el gran desfile, con toda su pompa y su gala, sus floridos uniformes, sus orgullosos soldados, sus brillantes armas, recuerdo ahora la más poderosa de todas...


La que lo fue sin quererlo, la que lo fue sin saberlo, todas esas mujeres que derramaron las lágrimas que los hombres guardaron para los años lejanos al recordar a los camaradas y a los hermanos que por el camino se quedaron.

Hubo entre ellas quienes acudieron al frente para seguir los pasos de sus padres, y de sus hermanos, vistieron el uniforme, sirvieron como enfermeras para curar y proteger a los heridos o consolarlos antes de convertirse en caídos, pero no fueron sólo el aliento de la belleza en medio de una breve y corta existencia, sino que se convirtieron en operarias en las fábricas de armamento trabajando sin descanso para salvar la vida de los soldados, en operadoras de radio manteniendo viva la comunicación entre las líneas con un fino hilo de voz,  en aviadoras cuya sombra en la noche en aviones de tela sembraba el terror entre sus enemigos, en francotiradoras cuya precisión aterraba a quienes sin adivinarlo se convirtieron en una muesca en su fusil, en partisanas que ocultas entre la frondosidad del bosque sabotearon los esfuerzos de un ejército invasor por domar la tierra, en falsas amantes de nobles oficiales prusianos para abatir uno a uno a los estrategas de su alto mando, y muchas, muchas de ellas pagaron su valor con atroces torturas, repletas con frecuencia de una morbosa perversidad sólo por su género.

Otras fueron simplemente madres, hermanas o hijas que emplearon sus días en esperar con la paciencia y sufrimiento del ocupado, el fin de aquella guerra casi eterna, en la que no importaba la victoria si no es con el regreso del que se espera, y lucharon durante 1410 días, hasta que la bandera roja se alzó sobre las calles de Berlín.

Sin embargo después de aquellos días, ... algunas... sólo esperaron.


советских женщин.22.06.1941-02.05.1945